jueves, 2 de julio de 2020

IV: LAS LIBRERÍAS Y LA RESTAURACIÓN DE LA REPÚBLICA EN MÉXICO. Reflexiones del Mercado de la Lectura



REFLEXIONES EN TORNO A LA LECTURA, LOS LECTORES, EL LIBRO, LAS EDITORIALES, LAS LIBRERÍAS, LA ECONOMÍA, EL MERCADO Y LA POLÍTICA  PÚBLICA EN LA MATERIA IV

Las Librerías y la Restauración de la República en México

1. Introducción
En medio de un proceso de transformación real y radical de la nación mexicana, no visto en los últimos cien años, es necesario detenerse en el debate de las ideas, en torno al carácter de Estado que se requiere y necesitamos en México:
El modelo occidental impuesto al resto del mundo a través de la guerra y el comercio colonial (globalización), que no es otro que el de los pocos demasiado ricos, aliados a las clases medias mayoritarias de sus sociedades, a las que corrompen y subordinan a sus mezquinos intereses; o
Restaurar la Cuarta República, considerando las Constituciones de Apatzingán en 1814 –tan religiosa como barroca-; la de “papel” de 1857 -tan ajena a la realidad de la época de México- y, la Constitución de 1917, la de los ciudadanos “armados”, que logra una combinación proporcionada del principio oligárquico maderista con el democrático zapatista,  lo que da por consecuencia una constitución escrita, que aporta el principio republicano.

En la numeraria que se propone la 4Transformación de México: Restaurar la Cuarta República es el proceso histórico, que tiene su origen en el movimiento insurgente que triunfa con la Independencia de la Nación (1810-1821); El periodo de la Reforma, al mediar el siglo decimonónico, que separó a la iglesia del Estado; y, la Revolución Mexicana (1910-1917) que sienta las bases para constituir a la nación mexicana.
Ha llegado el momento de Restaurar la Cuarta República en México, con base en la naturaleza de la constitución física del país, la constitución real y política nacional y la Constitución escrita o Gobierno Constitucional. Nunca más un gobierno de ricos con un pueblo pobre.



2. Antecedentes
A dos años del triunfo electoral que maravillosamente, como por arte de magia, por lo inesperado ante la talla de los rivales a vencer, ha decidido la conquista del poder político en las urnas -por un margen avasallador de más de 30 millones de votos, que dan legitimidad y autoridad política y moral a Andrés Manuel López Obrador-  para gobernar en beneficio de las mayorías de este país, que son las más pobres.

El tamaño del reto exige de imaginación, esfuerzo y participación  social, como nunca antes desde el 18 de marzo de 1938, se había visto jamás. Se ha dado el paso más importante con el proceso electoral: el ejemplo deberá extenderse y reproducirse a lo largo y ancho de la nación, que además del gobierno federal está constituido por los gobiernos estatales y municipales, los poderes judicial y legislativo en los mismos órdenes políticos. Que el proceso de transformación, de revolución incruenta –precedido por más de doce años bestiales de sangre- deberá abarcar todo el Estado mexicano, público, privado y social; nacional y con inversión extranjera, que trabaja y se asienta a lo largo y ancho del territorio nacional, incluidas, por supuesto, las instituciones educativas y de cultura

La empresa luce titánica  y por ello demanda mayor participación de la ciudadanía y tal vez, hasta de ocurrencias… “pero las ocurrencias sí se valen porque son las que permiten reflexionar” (1): Se me ocurre que nuestras diferencias se podrían dirimir en una “Batalla de los libros”, un auténtico combate entre autores y libros antiguos y modernos,  como la imaginada por Jonathan Swift, que en vez de tener como escenario la biblioteca de Saint James, se juegue a lo largo y ancho de nuestro país.
Una batalla de ideas y argumentos en lugar de noticias falsas, calumnias y mentiras. Ser testigos de duelos delirantes –de ser necesario acudir a Fernando Savater (2)- entre Bradamantes de pelo en pecho, sobre corceles voladores -armadas de los artilugios digitales con los que la modernidad fascina a las mayorías consumidoras- frente  a Atlantes, viejecitos escuálidos, pero con los libros bajo el brazo –como la canción de Cri Cri- que los vuelve indestructibles y poderosamente razonables, fruto de la autoridad de la excelencia.

Atlante
Detener el sacrificio inútil de la gente más enferma en México, de la intemperancia armada, los viciosos desalmados. A ellos y a sus riflotes “cuernos de chivo y sus barrets”, los habremos de derrotar con la fuerza de la razón y los principios de libertad, igualdad y los sentimientos de fraternidad: abrazos y no balazos.

Hoy somos parte de la conquista y conservación del poder político en México y de su ejercicio, en beneficio siempre de los ciudadanos y acaso, solo incidentalmente de los gobernantes, y no como se hizo costumbre, con el uso del poder siempre en beneficio exclusivo de los gobernantes y solo de manera incidental en favor de los gobernados.

Pero el proceso restaurador y constructor de un Estado justo y Constitucional apenas comienza. Hay graves y peligrosas resistencias en las élites amenazadas por la justicia social, las hay en los estados de la federación y municipios libres, asociados al narcotráfico y al crimen ordenado;  en las miles de personas afectadas en sus intereses, originados en los vicios y prácticas de un gobierno corrompido hasta las entrañas, que reniegan y reaccionan en contra de la voluntad de millones de ciudadanos mexicanos libres y soberanos.

En este escenario en revolución y cambio, resulta indispensable el concurso de todas las industrias culturales (3), de manera primordial el de las librerías, en virtud de la naturaleza de su actividad económica y el objeto de su comercio -el libro y la lectura- en dos frentes capitales que nos atañen: el rumbo que ha de seguir la 4Transformación en tránsito; y, la naturaleza y papel que ha de desempeñar, la Cultura del Libro y El Mercado de la Lectura, en el proceso de Restauración de la Cuarta República.

 “… si por milagro se entienden los sucesos de magnitud extraordinaria y maravillosa… lo más difícil y raro que existe en la historia de los pueblos, es que una vez  corrompidos los principios políticos de las comunidades humanas, estas puedan regresar a las formas de Estado anteriores, y por ello superiores y mejores… porque es un milagro histórico que una nación regrese a alguno de los gobiernos constitucionales previos, una vez que el ciclo de su historia política lo ha abismado en el mundo de los regímenes perversos…” (4)

3. Las Librerías: Un baluarte para la restauración de la República en México
Hay tres razones que demandan restaurar la república en México y en todas ellas, las librerías podríamos desempeñar un papel clave en el proceso de sanación política:

1. Porque cuando triunfan las repúblicas desaparecen de la sociedad, cual si se tratase de un acto de magia, los muy ricos y los muy pobres. Es la fusión de los criterios oligárquicos y democráticos con los que se arriba a la justicia del orden político republicano, el justo medio donde reina la libertad y la virtud (5).
Vale la pena recordar que una librería no es sólo un almacén de libros, sino el lugar en que libreros y libreras hacen de oficiantes, y no sólo de intermediarios, de lo mejor de lo que colectivamente somos. Y, como tales, también, de lo mejor que colectivamente podemos aspirar a ser. (6)

2. Porque la única manera de conseguir un estado justo y por tanto bien ordenado, es que los gobernantes tengan una vida superior y rica en excelencias del alma, una vida política, activa, de otra naturaleza a la vida dormida que se propala como sinónimo de felicidad en las oligarquías, de hombres famélicos de bienes externos, por padecer ayuno permanente de bienes internos.
“A mediados del siglo XX, el gabinete presidencial tenía una escolaridad promedio que apenas llegaba a la licenciatura. Sin embargo, muchos funcionarios de entonces creían en los libros, en el arte, en la cultura, como algo importantísimo para la vida personal y nacional. Algunos fueron grandes escritores. Ahora hay altos funcionarios con doctorados en el extranjero a los cuales no es fácil explicarles que la cultura sí nos importa.” (7)

3. Porque la constitución de una república no significa la caída de un estado justo a uno injusto, sino la elevación y mejoramiento de los estados injustos a los justos. Es la capacidad de las sociedades humanas para recobrar su salud y recuperarse. Transitar de oligarquías o democracias, a gobiernos constitucionales, siempre y cuando se logren quitar de los extremos pasionales, la riqueza y la pobreza excesivas.
Ya que se dice y se sabe que las Librerías, más que vender libros, somos Centros Culturales: recintos para el encuentro entre autores y lectores, oráculos donde encontrar resoluciones a las dudas de cada uno y de todos, ventanas para asomarse a lo desconocido, puertas para abrir, espacios infantiles, diálogos con la historia, arcanos de poder, valladares contra el oscurantismo, barreras infranqueables, la última línea contra el despotismo de los gobernantes. (8)

Son tres premisas, necesarias y suficientes para urgir que las pequeñas librerías, las de barrio, las independientes, las grandes cadenas o las librerías públicas, antepongan sobre el principio empresarial del comercio de libros, la autoridad del Fomento a la Lectura y la creación de Lectores: garantes del acceso de la lectura activa a los hombres y mujeres libres, a las mayorías sociales, a las clases medias ilustradas, investidas de la necesaria valentía ciudadana y la virtud de la justicia social.
Que en las librerías brille el oficio del librero, y decir con orgullo “el mío es el oficio más arriesgado del mundo… soy responsable de la difusión del pensamiento, incluso del más incómodo”. (9)

4. Los Libros y el Proyecto de Nación
La Restauración de la República Mexicana es el Proyecto de Nación. Estado político que se caracteriza por la primacía de la justicia, la libertad y la valentía ciudadana como virtudes cardinales.
Los mexicanos estamos en la antesala, de la Restauración del estado político de clases medias, que privilegie  la vida despierta, activa, el vivere político; en vez del american “wey” of life, el de un pueblo que admira y celebra al vivere corrotto, el animal dormido, “con vida pasional, ficticia, estancada, carente de juicio, desrielada, sin imaginación, con verdades tejidas con mentiras” (10).
En la tesitura de elegir aquella forma de vida, con un registro histórico superior a los 3 mil años –que comprende nuestro pasado mesoamericano, prehispánico, hispánico y colonial-; en vez del modelo de las oligarquías y los tratados comerciales, del tiempo de las “ideologías plutocráticas con una duración aproximada de 400 años, o como diría Baltasar Gracián, de una minoría de ricazos.” (11)

Sin embargo, el Gobierno que encabeza el Presidente Andrés Manuel López Obrador deberá  gobernar con inteligencia y cuidado, porque el riesgo que afrontan las repúblicas, radica en la combinación de los principios que las constituyen y la fragilidad y facilidad para privilegiar ya sea el principio democrático o el opuesto, el que se orienta exclusivamente a generar riqueza, propio de las plutocracias.

Y es que en la cadena del libro y la lectura en México, coexisten elementos eminentemente democráticos, tales como el Libro de Texto Gratuito, que acciones de promoción del libro y la lectura que originalmente podrían considerarse también de naturaleza democrática, tales como las Ferias de Libros o las Librerías Públicas, pero que en la práctica responden cada día más a actividades de comercio y venta en favor del principio oligárquico, que lejos de promover la cultura de la lectura y la formación de lectores, la desvirtúa.

Y no pueden faltar en este escenario, aquellas actividades económicas y políticas abiertamente oligárquicas, como son las cadenas de librerías que se concentran en las grandes urbes, la venta de libros en autoservicios, las librerías “en línea” e incluso la organización de asociaciones de librerías, en favor de un oligopolio reducido y hostil, torpe y ridículo: el GaPo (Gandhi – Porrúa) de influencers, mainstream, snacks informativos, partnership… que  es el lenguaje que emplean para afrontar y enfrentar a la 4T.

Con menos de 600 librerías en México y un total de 1724 puntos de venta, de los cuales 537 se localizan en la Ciudad de México, existe un grave problema para un país constituido por aproximadamente 2,500 municipios: se estima que en México apenas existe una librería por cada millón de mexicanos.

Urge que en el proyecto de nación, se incorpore la cultura del libro y el fomento a la lectura entre la población, con base en políticas que atiendan al justo medio republicano y que sin desatender el peso que tiene la democracia, como responsable de extender el gusto por las letras en la sociedad, porque “la muchedumbre de lectores va siempre en aumento”(12), se desatienda a las oligarquías de nobles, de aquellos notables que se dan el tiempo necesario para hacer de la lectura un placer y de los libros, un tesoro.

De “impulsar políticas públicas y dar certeza a todos los integrantes del Mercado de la Lectura, con el propósito deliberado de generar más y mejores lectores... asumir la tarea de la cultura… incluir programas de promoción de la lectura y propuestas que permitan el crecimiento y consolidación de las librerías” (13): antes que asuntos trillados como la ley del precio único o el asunto de la tasa cero del IVA, se requieren, se obligan ideas mayores: Hacer de la Lectura una Política de Salud Pública

En este escenario de enormes mayorías de gente, apasionadas por la igualdad numérica y de pequeñas  minorías poseedoras de enormes fortunas; esclavas unas de la libertina-libertad y las otras del amor desmedido por el dinero, se requiere en México  la presencia de un agente diferente, que privilegie los valores republicanos, que honre las virtudes de la ética, que comparta el conocimiento, que anteponga el interés social y con el ejemplo, frugal, fraterno y con valentía, demuestre en sus barrios y municipios las excelencias de la felicidad del alma humana.  
Y ese jugador somos las librerías independientes, las de barrio, cercanas a nuestras comunidades: “Es imposible construir el cambio de la noche a la mañana, pero sí lo es hacerlo por aproximaciones sucesivas. En este contexto se inscribe LibrArte (www.librarte.com.mx)” (14)


CITAS
(1)  Anaya Rosique, Carlos, Inauguración de la FIL Minería 2018
(2)  Savater, Fernando, Diccionario Filosófico, ed. Planeta, 1995, pág. 203
(3) De acuerdo a la UNESCO, las industrias culturales son “Aquellos sectores de actividad  organizada que tienen como objeto principal la producción o la reproducción, la promoción, la difusión y/o la comercialización de bienes, servicios y actividades de contenido cultural, artístico o patrimonial”. Este enfoque no sólo se centra en productos reproducidos industrialmente; también abarca a procesos de la cadena productiva y a las funciones específicas de cada sector para hacer llegar sus creaciones al público, por lo que incluye  actividades relacionadas como la publicidad, el diseño gráfico, las actividades de fomento cultural y venta de libros.
(4)  Marcos Patricio, Diccionario de la Democracia. Diccionario clásico y literario de la democracia antigua y moderna. Tomo I y II, Primera Edición Miguel Ángel Porrúa, México 2010 Ostracismo, pág. 1339
(5)  Marcos, Patricio, La Vida Política en Occidente. Pasado, presente y futuro. Ensayo sobre los paradigmas políticos antiguo y moderno, Senado de la República, LXI Legislatura. Miguel Ángel Porrúa. Primera edición (6)  Antich, Xavier, Apología de las librerías, 15 abril 2017, Cambiando de tercio…                         
(7)  Zaid, Gabriel, Paradojas de la Cultura, Letras Libres. 27 noviembre 2013
(8)  Cristina A. García Pineda, Premio Nacional de Librería 2016, LibrArte la librería de Tejupilco
(9)  Barandiarán, Txetxu, Op. Cit.
(10) Marcos, Patricio, La Vida Política en Occidente, Ibídem
(11) Ibídem
(12) Marcos, Patricio, Diccionario de la Democracia, Literatura
(13) Anaya Rosique, Op. Cit.
(14) Villanueva, Ernesto, LibrArte un caso de éxito, en tierra de nadie. PROCESO 2162, 15 abril 2018



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