jueves, 15 de noviembre de 2018

LAS LIBRERÍAS Y LA RESTAURACIÓN DE LA REPÚBLICA

EPOPEYA EN CINCO ACTOS

Primer Acto: Introducción  
Existe un falso dilema en torno a la lectura, los libros y las librerías, que acapara la atención de una buena parte de los interesados: “editores, correctores de estilo, traductores, académicos, promotores de la lectura, impresores y encuadernadores, en fin, a todos los que participan en la cadena del libro y la lectura” (1).

Se invierten las partes y entonces la robótica, la cibernética y la informática adquieren patente de corso sobre un tema que es ante todo político, porque trata sobre la naturaleza mayor de la humanidad, que es la palabra.

En el umbral de una transformación real y radical de la nación, es necesario detenerse en el  debate de las ideas en torno al carácter y naturaleza del Estado que queremos para nosotros, México, en el umbral de la IV Transformación: Independencia-Reforma-Revolución-Restauración de la República.

Segundo Acto: Antecedentes
La coyuntura actual, tras los resultados han decidido la conquista del poder político en las urnas –con el voto avasallador de más de 30 millones de sufragios, que dan legitimidad y autoridad a Andrés Manuel López Obrador-  para gobernar en beneficio de las mayorías de este país, que son las más pobres.

El tamaño del reto exige de imaginación, esfuerzo y participación  social, como nunca antes desde el 18 de marzo de 1938, se ha visto jamás. Se ha dado el paso más importante, en el proceso electoral: el ejemplo deberá extenderse y reproducirse a lo largo y ancho de la nación, que además del gobierno federal está constituido por los gobiernos estatales y municipales, los poderes judicial y legislativo en los mismos órdenes políticos. A todo el Estado mexicano, público, privado -nacional y con inversión extranjera- y social, que trabaja y se asienta a lo largo y ancho del territorio nacional, incluidas, por supuesto, las instituciones educativas, de cultura, de comunicación y esparcimiento.

La empresa luce titánica y por ello demanda mayor participación de la ciudadanía y tal vez, hasta de ocurrencias… “pero las ocurrencias sí se valen porque son las que permiten reflexionar” (2). Es el tiempo de librar “Batalla de los libros”, un auténtico combate entre autores y libros antiguos y modernos,  como la de Jonathan Swift, que en vez de tener como escenario la biblioteca de Saint James, se juegue a lo largo y ancho de nuestro país.

Ser parte de la conquista y conservación del poder político en México y de su ejercicio, en beneficio siempre de los ciudadanos y acaso, solo incidentalmente de los gobernantes,  reclama que como librerías, como industrias culturales (3) y como mexicanos, atendamos dos frentes capitales que nos atañen: el rumbo que ha de seguir la IV Transformación en tránsito, primero; y la naturaleza y papel que han de desempeñar en el proceso de Transformación, la Cultura del Libro y las librerías. Por eso estamos aquí.

Tercer Acto: Las librerías: un baluarte para la restauración de la república en México
Hay tres razones que acompañan  la restauración de la república en México y en todas ellas, las librerías podríamos desempeñar un papel clave en este proceso de sanación política:

-         Porque cuando triunfan las repúblicas desaparecen de la sociedad, cual si se tratase de un acto de magia, los muy ricos y los muy pobres. Es la fusión de los criterios oligárquicos y democráticos con los que se arriba a la justicia del orden político republicano, el justo medio donde reina la libertad y la virtud (4).

Vale la pena recordar que una librería no es sólo un almacén de libros, sino el lugar en que libreros y libreras hacen de oficiantes, y no sólo de intermediarios, de lo mejor de lo que colectivamente somos. Y, como tales…  de lo mejor que colectivamente podemos aspirar a ser. (5)

-     Porque la única manera de conseguir un estado justo y por tanto bien ordenado, es que los gobernantes tengan una vida superior y rica en excelencias del alma, una vida política, activa, de otra naturaleza a la vida dormida que se propala como sinónimo de felicidad en las oligarquías, de hombres famélicos de bienes externos, por padecer ayuno permanente de bienes internos.

“A mediados del siglo XX, el gabinete presidencial tenía una escolaridad promedio que apenas llegaba a la licenciatura. Sin embargo, muchos funcionarios de entonces creían en los libros, en el arte, en la cultura, como algo importantísimo para la vida personal y nacional…. Ahora hay altos funcionarios con doctorados en el extranjero a los cuales no es fácil explicarles que la cultura sí nos importa.” (6)

-       Porque la constitución de una república no significa la caída de un estado justo a uno injusto, sino la elevación y mejoramiento de los estados injustos a los justos. Es la capacidad de las sociedades humanas para recobrar su salud y recuperarse. Transitar de oligarquías o democracias, a gobiernos constitucionales, siempre y cuando se logren quitar de los extremos pasionales, la riqueza y la pobreza excesivas.

Son tres premisas, necesarias y suficientes para urgir que las pequeñas librerías, las de barrio, las independientes, las grandes cadenas o las librerías públicas, antepongan sobre el principio empresarial del comercio de libros, la autoridad del Fomento a la Lectura y la creación de Lectores: garantes del acceso de la lectura activa a los hombres y mujeres libres, a las mayorías sociales, a las clases medias ilustradas, investidas de la necesaria valentía ciudadana y la virtud de la justicia social.

Que en las librerías brille el oficio del librero, y decir con orgullo “el mío es el oficio más arriesgado del mundo… soy responsable de la difusión del pensamiento, incluso del más incómodo”. (7)

Pero a diferencia de los problemas que enfrentan hoy en día la lectura y las librerías en otras partes del mundo, que observa una mutación de los hábitos culturales… “que los escolares han dejado de ir a las librerías con normalidad y regularidad… que se rompe el pacto que confiere a las librerías el privilegio de ser el lugar del descubrimiento de los libros...” (8), tanto como el impredecible impacto final de las tecnologías y servicios digitales en la composición y estructura del mercado editorial y de la lectura, en nuestro país, por desgracia, suceden cosas más graves, que un asunto de oferta y demanda.

Porque lo que se ha roto en México, desfondado, es la moral y la política. Vivimos en un estado de bancarrota pública, más grave que la financiera. Estado de pérdida nacional, que se caracteriza por la impunidad imperante en la sociedad. “Ruptura de la fusión entre riqueza y libertad, que en vez de una riqueza común o compartida, los cada vez más pocos ricos en exceso se han vuelto más ricos y los muchos demasiado pobres, cada vez más numerosos, se hacen más pobres, con excepción de sus líderes.
Roto el pacto republicano, los ricos apoderados de los privilegios fiscales, los pobres sindicalizados, apoderados de las empresas paraestatales y las entidades públicas como las universidades y las escuelas de los ciclos primario y secundario, la burocracia partidista y pública, apoderada de los puestos públicos y los recursos públicos.
Tal desmembramiento causa la ruptura y desarticulación de las clases sociales y el pacto social todo. Panorama que se ofrece agravado por la guerra librada entre los diferentes cárteles del crimen organizado público y privado, oficial e internacional, lo más antirrepublicano que puede haber en una república, que se ha dejado someter por nuestro vecino, el narcoestado estadounidense, sin límites con la legalización de la droga.” (9)

Esto y más son las cumbres que tenemos que conquistar, las escasas librerías que hay en México que por eso y ante todo, debemos definir la naturaleza y papel de la librería y resolver un problema mayor de urgente solución, que nos trae aquí: la organización económica, social y política de las librerías, para que el Estado reconozca y valore en su justa medida la importancia de las librerías, especialmente las librerías independientes, las de barrio, las librerías de proximidad que anteponen al principio de la ganancia, la autoridad del fomento a la lectura.

Cuarto Acto: La Librería Ideal
El modelo de Librería Ideal que pensamos es aquella que tiene vida política propia. Vida activa, despierta, en constante cambio, libre, justa, sensible y prudente, administrada por la inteligencia imaginativa, que haga de la valentía ciudadana, su virtud cardinal. Todo lo contrario a aquellos agentes con vida dormida y pasiva, que “les pasan inadvertidas las cosas que hacen despiertas, del mismo modo que no advierten cuantas cosas hacen mientras duermen” (Heráclito)

Vida política significa el carácter real, que da el gobierno propio. La autarquía: el poder de ser principio de uno mismo: deliberaciones, decisiones, actuaciones, en general, acciones ante causas externas.

Librería que enfrente y resuelva los asuntos de economía y de tecnología, para anticipar el porvenir del medio (y el soporte del medio) –la causa primera o material, el Libro-; en que se habrá de llevar a cabo el objeto de ella –la causa formal, la Lectura-; pero antes que todo, intervenga en el debate de la causa final del proceso: la lectura y la formación de lectores, el acceso al conocimiento, la palabra escrita, la comunidad política, la felicidad del Estado.
 
Prudencia y valentía para no dejarse arrostrar por aquellos que en el mundo globalizado del “neoliberalismo”, marcan la agenda a la hora de hablar del futuro de la tecnología, porque entonces se invierten las partes y  la robótica, la cibernética y la informática adquieren patente de corso sobre un tema que es ante todo político, porque trata sobre la naturaleza mayor de la humanidad, que es la palabra.

Se soslaya que la forma en que se organizan las comunidades, es la que decide las políticas públicas que atañen a la educación y a la cultura, y en seguida a las estructuras de producción, el tipo y propósito de los algoritmos de lo que sea, y el comercio de sus productos. Que es el Estado el que determina la literatura y por ello de las librerías.

En la realeza florecerían librerías regias, en el Estado aristocrático nobles. Así sucede respectivamente para las librerías en las comunidades donde ordenan los principios de la plutocracia (acumulación de riqueza), democráticas (librerías para las mayorías pobres); y, si es posible hablar de librerías en las tiranías, serán aquellas que privilegien el fanatismo y el temor a la muerte.

En la república, en México, la Librería Ideal será republicana: “Ya que se dice y se sabe que las Librerías, más que vender libros, somos Centros Culturales: recintos para el encuentro entre autores y lectores, oráculos donde encontrar resoluciones a las dudas de cada uno y de todos, ventanas para asomarse a lo desconocido, puertas para abrir, espacios infantiles, diálogos con la historia, arcanos de poder, valladares contra el oscurantismo, barreras infranqueables, la última línea contra el despotismo de los gobernantes” (10)

En el umbral de la Cuarta Transformación de México, definir a la Librería Ideal como “aquella que combate con el gusto por la lectura, los vicios del alcohol, las drogas y la violencia” (LibrArte), es comprender con prudencia e inteligencia, la naturaleza y el papel que ocupan las librerías. Quizás en los 80’s, habría que hablar de librerías que defenderían a la lectura como un perro; y en los 70’s, librerías que llevarían la lectura “arriba y adelante”, pasando por el tiempo en que  a las librerías “ni las ven ni las oyen”, hasta arribar al estado de grima nacional, cuando las librerías no puedan recomendar ni tres libros que han marcado su vida.

La Librería Ideal debe ser una empresa en revolución, en resistencia, donde brille el oficio del librero. Que anteponga la Autoridad del fomento a la lectura, sobre el principio comercial de la máxima ganancia.

Librerías que escuchen y aprendan: entonces los espacios interiores, la razón social o comercial, los pasillos amplios, la atención a los clientes con discapacidades físicas, los colores, la altura de los establecimientos, la exhibición de los libros y otros objetos relacionados con la lectura, la rotación de inventarios, la organización, administración, siendo capitales, no son principales.

Mejor parafraseo a Don Luis Mejía, para describir físicamente que la Librería Ideal no se reduzca a un simple expendio de libros al por mayor, para “convertirse en una grata y fecunda síntesis de biblioteca, tertuliadero y galería de arte”. Librerías donde adquirir un libro no sea, “simplemente, un helado intercambio de monedas por letras de molde. Sino, muy por el  contrario, un lugar donde la inteligencia, en sus variados frentes, sea algo vivo... Algo, en fin, que dignifique a la ciudad y al individuo...”

Sin olvidar, por un instante que "en el tiempo actual, y así lo señalan los datos, la librería es más de libreras que de libreros. Tiene, por lo tanto, rostro de mujer” (11)

Quinto Acto: Librería LibrArte
Desperté pensando escribir la canción más bella del mundo, dedicada a los libros y la lectura, a la juventud y la belleza, a la familia y el esfuerzo tenaz y amoroso por nuestra comunidad que es México.
Porque toda palabra es poesía cuando evoca y suspira, con la rima y melodía, en la medida y el encanto que brota de la alegría y la justicia, del triunfo del bien sobre el mal, de lo mejor sobre lo inferior.
Porque toda poesía es una canción que arrulla y recuerda, acompaña y genera, que teje y confecciona un sarape o una capa, un poncho o un jorongo, un himno que con júbilo recuerda, que el mayor de los dioses es la vida misma y el tiempo de todos nosotros.

Se me ocurre decir que “LibrArte es México” y en siete sílabas crear un haiku, que dispare las evocaciones más profundas que habitan en el inconsciente dormido nacional, para cumplir con el cometido que nos reúne aquí y ahora: Despertar a la vida Política.

Celebrar el verdadero aniversario de todo México, que se resume en el nombre de LibrArte: Libertad, Libros y Arte. Los principios de la democracia y la aristocracia que regeneran la vida política en México. Celebramos la restauración de la república, el gobierno frontera que suma a la minoría de los pocos muy ricos, las mayorías de los muchos demasiado pobres, con la justicia de la valentía y la nobleza de la excelencia.

Hace tres décadas, era el mes de noviembre y habíamos decidido convertirnos en migrantes en nuestra patria. En 1988 nuestro país se desmoronaba y aceptaba formar parte del mundo globalizado, del nuevo-viejo orden mundial. Anexionarse al tren de la fantasía del neoliberalismo en calidad de cabús, nación esclavama sumisa, dispuesta a la vendimia, en la subasta, entregada al vicio de la negación del ocio, el negocio del remate de nuestros hijos, hermanos, amigos, familia: estafados e hipnotizados por los mismos encantamientos descritos con maestría por John Steinbeck (12), para despojar a los estadounidenses del centro de la Unión.

Sabemos lo que significa caminar en busca del tiempo perdido. Entendemos a los migrantes que marchan por el mundo. Rechazamos la ruta y destino imperial.
Nosotros emigramos hace treinta años a Temascaltepec y luego a Tejupilco –a la provincia de la provincia- al compás de Caminante no hay camino, se hace camino al andar.

Hemos padecido cinco sexenios de malos gobiernos, de degradación y perversión de lo más caro de nosotros. Porque lo que se ha roto en México, desfondado, es la moral y la ley. Tres décadas de bancarrota política, más grave que la financiera. Estado de pérdida nacional, caracterizado por la impunidad imperante en la sociedad. Crímenes impagables, inexcusables e irreparables, “cometidos generalmente por esos gobernantes que todo desgobiernan”, movidos por una voracidad enfermiza, a sabiendas de que no reciben castigo alguno. 
Más ha llegado el tiempo del perdón y la reconciliación ciudadana, para lograr el fortalecimiento de los lazos de apoyo y unión entre mexicanos en todos los niveles y sectores. Un Yom Kipur mexicano y nacional. Expiación de las dudas y las culpas.

Festejemos todos a Claudia Garcia, Cristina Garcia y Carmen Garcia –así quedó grabada la irrupción de las que ahora llaman Chicas LibrArte- al recibir el Premio Nacional de Librería en el teatro de la FIL Guadalajara 2016.

Celebremos la compañía de instituciones fundamentales del México Republicano: La Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto de Desarrollo Profesional para Libreros, que nos visitan por primera vez hasta esta apartada orilla, en un lance pletórico de romanticismo amigo.

Bienvenidos todos los que nos acompañan, porque serán testigos del alumbramiento de tres proyectos que se gestan a partir de los reconocimientos y honores que las Chicas LibrArte han conquistado: Emprendedoras del estado de México 2015, Librería Nacional 2016, Premio al Fomento a la Lectura y la Escritura 2017.

1. Es la constitución del Fondo LibrArte-DanzArte para el Fomento a la Lectura y la Cultura A.C, donde caben todos los interesados en los libros, la salud, la vida sana, la fraternidad y la sororidad.
2. Es la apertura de Editorial LibrArte, la empresa que se dedicará a publicar las ideas y tradiciones, mitos y leyendas, testimonios y bellezas de la región, de nuestra gente. Que todos conozcan lo mejor de la “Tierra Caliente” de los estados de México, Guerrero y Michoacán. Serán libros, plataformas digitales e impresiones bajo demanda.
3. Es la presentación de una idea que anticipamos hace nueve meses, en el COLIME Acapulco 2018: El nacimiento de una red (quizás una asociación) de Librerías Independientes, que ya cuenta a la fecha, con más de 20 integrantes, a lo largo y ancho del territorio nacional.

Celebremos amigos nuestros, cantemos con alegría este momento, ¡Juntos hacemos la historia!... Brindemos

Bibliografía
(1) Zenker Alejandro http://www.quehacereditorial.com/
(2) Anaya Rosique, Carlos, Inauguración de la FIL Minería 2018
(3) De acuerdo a la UNESCO, las industrias culturales son “Aquellos sectores de actividad organizada que tienen como objeto principal la producción o la reproducción, la promoción, la difusión y/o la comercialización de bienes, servicios y actividades de contenido cultural, artístico o patrimonial”. Este enfoque no sólo se centra en productos reproducidos industrialmente; también abarca a procesos de la cadena productiva y a las funciones específicas de cada sector para hacer llegar sus creaciones al público, por lo que incluye actividades relacionadas como la publicidad, el diseño gráfico o, en este caso, las actividades de fomento cultural y venta de libros.
(4) Marcos, Patricio, La Vida Política en Occidente. Pasado, presente y futuro. Ensayo sobre los paradigmas políticos antiguo y moderno, Senado de la República, LXI Legislatura Comisión de Bibliotecas y Asuntos Editoriales. Miguel Ángel Porrúa, librero-editor. Primera edición 2012
(5) Barandiarán, Txetxu, blog cambiando de tercio pero intentando no perder el rumbo.
Antich, Xavier, Apología de las librerías, 15 abril 2017
(6) Zaid, Gabriel, Paradojas de la Cultura, Letras Libres. 27 noviembre 2013
https://www.letraslibres.com/mexico-espana/paradojas-la-cultura
(7) Barandiarán, Txetxu, Ibídem
(8) Ibídem Antich, Xavier 15 abril 2017
(9) Marcos, Patricio, LA Vida Política en Occidente, Ibídem
(10) Garcia Ruiz Luis Guillermo, Premio Nacional de Librería, LibrArte la librería de Tejupilco  https://drive.google.com/open?id=1GUOz6DghWV91l3IFFaPwU-zblNocJhsK
(11) Barandiaran Txetxu, Librero, librera… prescriptora, testigo, espectadora…
https://cambiandodetercio.wordpress.com/2018/04/08/librero-librera-prescriptora-testigo-espectadora/

(12) Steinbeck John, Las Uvas de la ira, Editorial Porrúa 2001, 443 páginas


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